Por María Helena Cuadros
Así, juntos, como debimos estar siempre. Al fin, lo que tanto esperé. Ya no te vas a marchar. Qué grata es tu compañía. Mi corazón salta; mira, está dichoso. Tu piel es tibia, suave, dulce, amable. Puedo acariciarte, deslizarme por tu piel, una y otra vez, aunque duela. La piel es blanda cuando se quiere. Provoca pegarse. Untarme toda de ti. Repetir mil veces las caricias. Tocar tus oídos, descubrir lo que escuchas. Descansas plácido... No necesitas abrir los ojos. Para qué abrirlos. El día está gris, llovizna. Cuánto han visto tus ojos. Dónde, dónde tienes la memoria de tus ojos. Déjame ver esas imágenes, también allí han de estar tus pensamientos. Necesito conocerte. En qué piensas, te ves ausente. ¿Piensas en mí? Estamos juntos o te has alejado. Quizá piensas en otras mujeres, claro, las mujeres de tus sueños. Aleja esos pensamientos, mi madre dice que no son buenos. Me encanta tu boca, suave, carnosa. Los besos, los tengo todos aquí en mi garganta, apretados, ansiosos de más besos. Descansar como siempre en tu ombligo y escuchar. La vida es ruidosa; nadie puede aquietar sus borbotones. Mira si es curioso, te ves tan quieto, pero por dentro hierves. No hay por qué inquietarse. Dicen que el sueño es una pequeña muerte. Ya no le temo, es parte de la vida. Sí, así es mejor, con los ojos cerrados. No te quiero herir, sabes que no lo haría. Sólo quiero ver cómo fluye la vida por tu cuerpo. Tu piel duerme un sueño largo, mira, no duele. Cada vez me sorprendes más, te imaginé tan diferente. Sí, pareces distinto pero tan bello. Déjame hurgar, te conozco poco… El escarlata es escandaloso, me encandila, no deja ver bien. Qué delicia tocarte. Mira, aquí se hunde, como una almohadilla, es aquí donde respiras, ¿verdad?, y esto, debe ser tu corazón, está escondido, un poco esquivo. Tal vez tiene dudas, sí, pero no importa, se que con él me has amado, por algo quisiste quedarte conmigo. Te has pegado a mis manos. Me gusta saber que no te quieres soltar. ¿Por qué te inquietas, acaso no sabes que este también es mi sueño? Ahora sé que te conozco más que nadie. Qué maravilloso es estar juntos. Shshshshsh. ¿Escuchas los pasos? Hay que bajar la voz, ¡timbran! No debe ser nada. Siempre hay tontos que se equivocan. Interrumpirnos para qué. Este sitio es nuestro, nuestro y nada más. Escucha, son varias personas. También a mí me fastidia ese ruido insistente del timbre. ¿Qué hacemos? Tal vez oyeron los gritos. Te lo dije, en ocasiones te pones necio. No has debido gritar. Sí, sabes que me gusta jugar pero esta vez fue tu decisión. No era un juego y lo sabías, ¿verdad que lo sabías? No lo pudiste disimular. Estabas feliz. Se que te gustó la idea. Reíste tanto. Me miraste con ternura. Lo sé, a veces piensas que soy infantil. Esta vez, por fin, me tomaste en serio. Todo estuvo bien, amor, pero has debido callarte. Ahora golpean con fuerza. ¡Cómo fastidian! Ayúdame a pensar. Sí, lo sé, nadie nos va a separar. Yo también estoy feliz. Es cuestión de minutos. Sólo moverme con cuidado. Un vaso de agua y estas pastillas. Qué dicha recostarme junto a ti. Así, juntos, como debimos estar siempre.
emotivo, concreto... fantastico
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